En 1935 el GP alemán, que tenía lugar en el temible circuito de Nürburgring, era la carrera más importante del campeonato. Los autos alemanes, amplios dominadores del campeonato, se consideraban prácticamente invencibles y ni hablar al ser locales, con 300 mil espectadores apoyándolos y hasta la plana mayor del partido Nazi presente. Pero esta carrera pasaría a la historia gracias a que todos se habían olvidado de que para Alfa Romeo corría uno de los pilotos más grandes de la historia, Tazio Nuvolari…